logo Agência Brasil
General

Ocupación del Cerrado amenaza suministro de agua en Brasil

En ese bioma afloran manantiales que alimentan a 8 de las 12 grandes
Mariana Tokarnia – Reportera de Agência Brasil
Publicado en 20/03/2015 - 20:33
Brasília
Ribeirão João Leite, abasteciemnto de Goiania
© Marcello Casal jr/Agência Brasil
Ribeirão João Leite, abasteciemnto de Goiania

El Cerrado Marcello Casal Jr/Agência Brasil

El Cerrado, un bioma que cubre un cuarto del territorio brasileño, no alberga ningún río de gran caudal, pero concentra manantiales que alimentan 8 de las 12 grandes demarcaciones hidrográficas de Brasil. Esa ecorregión está considerada por expertos como la cuna de las aguas. En ella, están ubicados tres grandes acuíferos –Guaraní, Bambuí y Urucuia–, que dan lugar y nutren a importantes ríos del continente.

Investigadores entrevistados por Agência Brasil advirtieron que es fundamental preservar la vegetación del bioma a fin de conservar las reservas de agua en gran parte del país.

"El Cerrado es como una floresta al revés, las raíces son profundas, mayores que las copas. Ellas son responsables de absorber el agua de lluvia y depositarla en reservas subterráneas, los acuíferos”, explicó Altair Sales Barbosa, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Goiás (PUC-Goiás) y director del Instituto del Trópico Subhúmedo.

Professor da Pontifícia Universidade Católica de Goiás (PUC-GO) e diretor do Instituto do Trópico Subúmido, Altair Sales Barbosa

Altair Sales Barbosa, profesor de PUC-Goiás y director del Instituto del Trópico Subhúmedo Marcello Casal Jr/Agência Brasil

Según el experto, como resultado de la deforestación y de la diminuición de la flora autóctona, responsable de llevar el agua a regiones más profundas, los acuíferos llegaron a su nivel base, y por lo tanto dejaron de abastecer diversos manantiales.

"La cantidad de agua existente en esos acuíferos ya ha alcanzado su nivel mínimo. Es como un tanque de agua con varios agujeros. Los agujeros son los manantiales. Cuando está lleno el tanque, el agua escapa por muchos agujeros. En la medida en que se va vaciando, el agua va escapando por los agujeros más inferiores, hasta que alcance el último agujero. Llega entonces un momento en que ya no escapa más. Estamos en un momento en que [el agua] sigue escapando del tanque, pero de manera muy rudimentaria, en una cantidad muy inferior a la que se registraba hace veinte o cuarenta años”, apuntó el experto.

Según él, cerca de diez ríos desaparecen anualmente en la región.

Bioma antiguo

El profesor resalta que, una vez degradado, el Cerrado nunca se recuperará totalmente. También es difícil cultivarlo. De las 13 000 especies de plantas que se han catalogado, solamente 180 se producen en vivero.

"El Cerrado es diferente de la Amazonia y de la Mata Atlántica, por ejemplo. Mientras que esos biomas tienen 3 y 7 mil años respectivamente, el Cerrado se completó totalmente hace más de 45 millones años. Como es muy viejo, ya alcanzó el punto culminante de su evolución. Una vez degradado, jamás volvería a recuperar integralmente su biodiversidad."

De acuerdo datos proporcionados por la organización no gubernamental WWF Brasil (sigla en inglés para Fondo Mundial para la Naturaleza), el Cerrado es la segunda mayor formación natural de América del Sur y concentra alrededor del 5% de la biodiversidad del planeta y el 30% de la biodiversidad de Brasil. Ya se ha eliminado la mitad de la vegetación nativa del Cerrado y menos del 3% se encuentra enteramente protegida.

"La ocupación de esa región se ha acelerado en los últimos 60 años y eso ha ocasionado problemas. Ambientes importantes fueron perdidos o se vieron estrangulados por pueblos, plantaciones y centrales hidroeléctricas”, apuntó el ingeniero forestal Julio Cesar Sampaio, coordinador del Programa Cerrado Pantanal del WWF Brasil.

água, cerrado

Vida salvaje en el Cerrado Marcello Casal Jr/Agência Brasil

Régimen pluviométrico

Para empeorar las cosas, los niveles de precipitación pluvial en la región han cambiado mucho en los últimos 20 años. Jorge Werneck, investigador del área de hidrología de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), reportó que los periodos de lluvia están cada vez más cortos, y los de sequía, cada vez más largos. La precipitación media en ciertas temporadas se redujo desde 1,5 mm a 1,2 mm.

“Eso provoca muchos cambios en el ciclo hidrológico. Hace que nuestros suelos se vuelvan más secos, baja la capa freática y afecta directamente todo el régimen fluvial de nuestros ríos”, explica.

Para Werneck, no hay como saber si la disminución de las lluvias se debe a la acción del hombre, ni tampoco si esa reducción será permanente. Barbosa, por su vez, cree que la acción humana y la ocupación desordenada en los grandes centros urbanos ejercen una influencia indudable [en el régimen fluvial], pues resultan en la formación de islas de calor que impiden la llegada de masas húmedas.

Para Marcelo Gonçalves Resende, profesor de Universidad Católica de Brasília, todos esos factores se relacionan entre sí. Indicó que el gran problema radica en la mala gestión del uso y de la ocupación del suelo, tanto en áreas urbanas como rurales. Por fin, defendió que la ocupación es posible, siempre y cuando se haga de una manera sostenible, buscando conciliar el medioambiente con la agricultura, la ganadería, la industria y la vivienda. "Existen técnicas para ello, pero el hombre las olvida y se deja llevar por la codicia, por la ambición de lucro fácil. Lo último que toma en consideración es el medioambiente”, concluyó.

Traducción: Lucas Magdiel


Fonte: Ocupación del Cerrado amenaza suministro de agua en Brasil