Crece la intervención humana en torno a sitios arqueológicos en Brasil

En una iniciativa inédita, el proyecto MapBiomas – Cobertura y uso del suelo en los sitios arqueológicos en Brasil (1985-2023) reunió información registrada y georreferenciada por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan), y la puso a disposición del público de forma gratuita. En total, se mapearon 27.974 sitios que albergan vestigios de las poblaciones que habitaron el territorio brasileño en otras épocas. Los datos permiten realizar análisis comparativos de imágenes entre los años 1985 y 2023.
“El cruce y la publicación de estos datos abiertos ayudan a entender dónde están ubicados estos sitios, si se encuentran en áreas impactadas por actividades humanas o no, y también pueden señalar una tendencia de aumento de actividades antrópicas en determinadas regiones y la magnitud de ese aumento, lo que puede generar una alerta”, explica Thiago Berlanga Trindade, jefe del Servicio de Registro de Datos del Iphan.
A partir del análisis de esos datos, los investigadores de MapBiomas concluyeron que hubo una inversión en la cobertura y el uso del suelo en los alrededores de los sitios arqueológicos. En 2023, más de la mitad de estos espacios de memoria se encontraban en zonas marcadas por intervenciones humanas recientes, lo que aumenta los riesgos para su preservación.
Actualmente, casi la mitad de estos lugares (49,6%) están en áreas deforestadas y ocupadas por usos humanos como pastizales, agricultura o zonas urbanas. En 1985 ese porcentaje era del 41,5%, y la mayor parte (53,5%) estaba en áreas de vegetación nativa, como bosques, sabanas y campos naturales.
Hace 40 años, los bosques predominaban alrededor de estos sitios históricos, representando el 43,2% del área circundante. En 2023, la agropecuaria ocupó la mayor parte, con el 43,1% del uso del suelo en el entorno de los sitios arqueológicos.
Según la coordinadora científica de MapBiomas, Julia Shimbo, muchas veces fue la propia actividad humana la que reveló la presencia de estos sitios arqueológicos, identificados durante investigaciones, obras de infraestructura o tras deforestaciones.
“A pesar de la ocupación histórica humana de estos sitios, ahora podemos analizar los cambios y los impactos de la ocupación reciente sobre estas áreas”, señala.
Biomas
En números absolutos, la Amazonía es el bioma con mayor cantidad de sitios arqueológicos: 10.197, más de un tercio del total nacional. La Caatinga alberga 7.004 puntos con vestigios de presencia humana ancestral. El Cerrado y la Mata Atlántica también se destacan, con 4.914 y 4.832 sitios respectivamente. El Pampa y el Pantanal cuentan con 904 y 123 registros.
Al analizar las actividades humanas en el entorno de los sitios arqueológicos por bioma, los investigadores observaron que la Mata Atlántica presenta la mayor proporción de sitios en áreas antrópicas: 63%. En la Amazonía, el 47,5% estaban en zonas antropizadas en 2023, frente al 19% en 1985.
“Cuando un sitio arqueológico está ubicado en una zona antropizada, deben considerarse una serie de preocupaciones para su preservación y conservación. Este estudio puede señalar los lugares donde debemos prestar más atención o tratar de manera prioritaria”, destaca Berlanga.
Deforestación
Las alertas de deforestación también fueron consideradas en los datos para el período entre 2019 y 2024. En ese análisis, 122 sitios arqueológicos se encontraban en zonas con alertas de deforestación. La mayoría de ellos estaban en los biomas de la Caatinga (29), la Mata Atlántica (31) y la Amazonía (17).
Para el investigador Marcos Rosa, coordinador técnico de MapBiomas, el cruce de estos datos permite evitar que el proceso reciente de ocupación humana cause daños o destruya la historia contenida en estos espacios. Rosa explica que, a partir de los datos, ya es posible comprobar que “casi dos tercios [79 sitios arqueológicos] están en áreas deforestadas para la expansión de zonas agrícolas. En Río Grande del Norte, 13 de los 19 sitios arqueológicos con alertas de deforestación están relacionados con la expansión de proyectos de energías sostenibles [solares o eólicas]”, analiza.
Frente a estos datos, la científica y profesora de la Universidad Federal de Santa Catarina, Marina Hirota, quien también colaboró con el estudio, hace una advertencia: “El crecimiento de actividades antrópicas en torno a los sitios refuerza la importancia de políticas de conservación y gestión del patrimonio arqueológico brasileño, especialmente frente a las crecientes presiones sobre los biomas”, concluye.



