Los alimentos ultraprocesados pueden contribuir a la pérdida cognitiva

Dificultad para recordar fechas, hacer cálculos o realizar tareas básicas de la vida diaria. Las habilidades cognitivas generalmente disminuyen a medida que avanza la edad. Sin embargo, investigaciones de científicos de la Universidad de São Paulo (USP) muestran que la pérdida es hasta un 28% mayor entre las personas que consumen más alimentos ultraprocesados.
Se trata de alimentos que han pasado por un proceso industrial tan intenso que su composición ya ni siquiera parece comida de verdad. Esta categoría incluye pan de molde, bocadillos y refrescos.
El deterioro cognitivo fue mayor entre las personas que consumían más del 20% de las calorías diarias de alimentos ultraprocesados. Y no es difícil llegar a ese promedio: el 20% equivale a tres rebanadas de pan al día.
Los resultados fueron presentados en la Conferencia Internacional de Alzheimer, realizada la semana pasada en San Diego, Estados Unidos.
La investigación analizó el desempeño de las personas que participaron del mayor y más largo estudio de desempeño cognitivo realizado en Brasil: Elsa-Brasil. Unas 15 mil personas de entre 35 y 74 años comenzaron a ser monitoreadas en 2008 para investigar factores de riesgo de enfermedades crónicas como hipertensión, arterioesclerosis y accidentes cerebrovasculares. El estudio analizó datos según el tipo de alimentos consumidos: alimentos no procesados, como verduras y frutas, ingredientes culinarios, como sal y aceites, alimentos procesados, con ligeras modificaciones como sal o azúcar añadida, y alimentos ultraprocesados.
Datos del Centro de Investigaciones Epidemiológicas en Nutrición y Salud de la USP muestran que el consumo promedio de alimentos ultraprocesados en Brasil es precisamente del 20% en Brasil. Como es un promedio, algunas personas consumen mucho más. Aun así, es tres veces inferior a la de los países ricos, donde la media alcanza el 60%.
Sin embargo, es precisamente esa diferencia la que hace de un país como Brasil un mercado codiciado por la industria alimentaria, explicó la nutricionista e integrante del Centro de Investigaciones en Nutrición y Salud de la USP, Renata Levy.
El próximo octubre entran en vigor las nuevas normas de etiquetado de alimentos aprobadas por la autoridad sanitaria nacional. Así, los envases de productos ricos en grasa, azúcar o sodio tendrán la información destacada en la etiqueta del producto. Renata cree que esto es un avance, pero que se necesita hacer más para inhibir el consumo de alimentos ultraprocesados.
Otra propuesta defendida por los investigadores es prohibir la venta de alimentos ultraprocesados en los comedores escolares, ya que en Brasil los adolescentes son los principales consumidores de este tipo de producto.


